Elegias de varones ilustres de indias
Las elegías[1] de varones ilustres de Indias, hace parte de las primeras manifestaciones poéticas en Nueva Granada (sigo escudriñando en la Historia de Colombia), siguiendo los parámetros literarios del momento en España y su tendencia italianizante. Esta obra fue realizada por Juan de Castellanos (1522-1607), un sujeto que llegó muy joven a América y tras largos años de su vida andariega y aventurera, recibe las órdenes sacerdotales en Cartagena y se radicó definitivamente en Tunja[2] para el año de 1562. Allí siendo cura, obtuvo la estabilidad de ingresos (que al morir Juan de Castellanos se reflejaba en varias casas, solares y esclavos de su propiedad) y dedicó sus 45 años restantes a escribir recuerdos personales, informes y noticias sobre el descubrimiento y conquista de las Antillas y del nuevo Reino de Granada. Fruto de este esfuerzo resultó un grande poema (hablo por la extensión, personalmente no me satisface), compuesto de 113.609 versos. En vida del autor tan solo la primera parte de tan vasta obra vió la luz.
Se dice que Juan de Castellanos en esta “Elegías de varones ilustres de indias” trataba de emular a Ercilla, usando como él la consagrada octava endecasílaba, consagrada desde Ariosto y engalanada por el autor de la “Araucana”.
Como críticas generales, vista la obra desde la actualidad, se puede hacer notar la falta de unidad de la obra (falta algo así como un héroe central), un prosaísmo latente y otros vicios formales, que aun así, dejan ver un escritor de fácil versificación, elegante y sencillo al escribir. En las Elegias de Varones ilustres de indias el vocabulario se ha enriquecido ya con americanismos a granel (se han computado 155, de los cuales por lo menos 73 pertenecen al complejo antillano).
Leer también: El carnero.
[1] Aludiendo a la composición literaria triste y dolorosa, que lamenta la muerte de grandes personajes, así su tono sea retórico y cargado de alusiones mitológicas.
[2] Era Tunja una ciudad próspera no hacía mucho fundada, que ya era el primer centro cultural del reino.
Se dice que Juan de Castellanos en esta “Elegías de varones ilustres de indias” trataba de emular a Ercilla, usando como él la consagrada octava endecasílaba, consagrada desde Ariosto y engalanada por el autor de la “Araucana”.
Como críticas generales, vista la obra desde la actualidad, se puede hacer notar la falta de unidad de la obra (falta algo así como un héroe central), un prosaísmo latente y otros vicios formales, que aun así, dejan ver un escritor de fácil versificación, elegante y sencillo al escribir. En las Elegias de Varones ilustres de indias el vocabulario se ha enriquecido ya con americanismos a granel (se han computado 155, de los cuales por lo menos 73 pertenecen al complejo antillano).
Leer también: El carnero.
[1] Aludiendo a la composición literaria triste y dolorosa, que lamenta la muerte de grandes personajes, así su tono sea retórico y cargado de alusiones mitológicas.
[2] Era Tunja una ciudad próspera no hacía mucho fundada, que ya era el primer centro cultural del reino.
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