El virrey Florez en la capital

Dejamos en" El virrey Florez en Cartagena   , "a Guiriror y Florez en proceso de empalme, para irse el primero rumbo a Lima y el segundo, posesionarse como virrey en Nueva Granada.
Cuando llegue Guirior a Lima se encontrará con que los indios se han rebelado contra las cargas desmedidas que el visitador Areche, hacendista y cobarde( cual también los será Gutiérrez de Piñeres en la actual Colombia) impone. Ambos visitadores serán rotundamente adversos a la labor de los virreyes.
No obsta recordar que tanto Guirior como Florez son militares y valientes, pero de igual forma a ambos les espera una cadena de insubordinaciones en sus respectivos virreinatos: los indios han llegado al límite de su mansedumbre, sometidos y explotados hasta más no poder, vilipendiados no solo moral sino económicamente. Los nuevos impuestos han acabado de exasperarlos. Pero los visitadores (y los obispos) no entienden o no quieren entender la impaciencia de la plebe; para unos y otros es lo más natural del mundo que deban las nativos y criollos pagar un tributo. El visitador cobra los impuestos injustificados y los sacerdotes y obispos los explican y defienden...el virrey solo está pintado, así alcance a percibir el dejo de injusticia en esos procederes...
Pues bien, a Guirior, el chisme, la murmuración y la calumnia acabarán por "sacarlo" del Perú; el ministro José Galvez, encargado de los negocios de indias creerá las versiones dadas por Areche y las instituciones le procesarán, así con el paso de los años, cuando ya no importe demasiado se le declare inocente.
Pero no olvidemos al virrey Florez, quien estando en Cartagena se embarca en champán rumbo al interior del nuevo Reino de Granada. Negros retintos obrando como bogas, impulsan la embarcación aguas arriba del río Magdalena, enmarcados por un infierno verde. Por la senda fluvial llega hasta las bocas del Opón y allí toma el camino de Vélez rumbo a Santa Fe (actual Bogota). A lomo de mulas, bordeando desfiladeros, recibiendo los azotes de la maleza, avanza el virrey Florez hacia la capital del virreinato. Pero esta no es mejor cosa. El virreinato es pobre al pie de los de Perú y Nueva España. Santa Fe solo sería el conjunto de unos lindos campanarios blancos, techos bermejos y chozas pajizas, donde residiría el virrey. Tenía Santa Fe tan solo dos entradas.
Pero tal vez esto no era lo más grave. La hacienda y la educación pública eran un desastre total, el ejército y los corregidores unos abusivos aprovechados...El virrey Florez debe empezar por activar la construcción de caminos, en mantener las vías ya realizadas. Las diversas zonas del virreinato son archipiélagos aislados que es menester juntar para acabar con el feudalismo enfermizo que acorrala las provincias.
Intenta el virrey Florez meter en cintura la educación en todos los niveles: combate el uso de la ruana por considerarla un elemento que propicia el desaseo; no está de acuerdo con uso de gorro o redecilla, mucho menos con la costumbre maluca de beber chicha o guarapo en estos reinos.
¡Ay , la historia de Colombia tiene tantos matices! Digamos por ahora que este fue un resumen del paso del virrey Florez por Santa Fe, ya que pronto estallará entre España e Inglaterra y trasladará sus bártulos de nuevo a Cartagena, la plaza fuerte por excelencia del virreinato.

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