El virrey Florez en Cartagena
El Virrey Florez en Cartagena narra el arribo de este virrey a territorio de la Nueva Granada, en la última mitad del siglo XVIII.
Era el Virrey Florez un tipo no solo aventurero sino también amigo de las artes y de las letras, con algunas lecturas de la enciclopedia francesa e insuflado de ideas progresistas e idealismos apresurados.
Será este virrey uno de los promotores que, gracias a su gestión, abrirán los ojos a los criollos americanos y despertarán en ellos, ímpetuos y ambiciones de libertad que después les asustarán.
Por supuesto Cartagena lo acoge con reventar de pólvora, redoblaje de cajas, movimiento de frailes y tropa, repique de campanas y veloces carreras de esclavos. Si hubiera en su tiempo medios masivos de comunicación, seguramente allí estarían pendientes de su arribo para cubrir la noticia.
El señor Manuel Antonio Flórez viene con su familia en la fragata y pisa tierra un 13 de abril.
En Cartagena se dedica revisar las obras militares dado que es un punto estratégico vital para la seguridad del Nuevo Reino de Granada. Tres semanas después de su arribo, llega el virrey saliente, el señor Manuel Guirior para entregar el mando a su sucesor. De nuevo bullicio y algazara general.
La descripción que Guirior hace del virreinato no es muy halagüeña. Las arcas reales están medio vacías, las defensas navales son escasas, el contrabando pulula; el movimiento de pobres de un lugar a otro es la constante...Tal vez la explicación esté en que todo el abundante oro sacado de estas tierras se vaya para Europa sin generar ningún ingreso en el continente americano. Pero Flórez mantiene su optimismo.
Leer también: El sitio de Cartagena
Era el Virrey Florez un tipo no solo aventurero sino también amigo de las artes y de las letras, con algunas lecturas de la enciclopedia francesa e insuflado de ideas progresistas e idealismos apresurados.
Será este virrey uno de los promotores que, gracias a su gestión, abrirán los ojos a los criollos americanos y despertarán en ellos, ímpetuos y ambiciones de libertad que después les asustarán.
Por supuesto Cartagena lo acoge con reventar de pólvora, redoblaje de cajas, movimiento de frailes y tropa, repique de campanas y veloces carreras de esclavos. Si hubiera en su tiempo medios masivos de comunicación, seguramente allí estarían pendientes de su arribo para cubrir la noticia.
El señor Manuel Antonio Flórez viene con su familia en la fragata y pisa tierra un 13 de abril.
En Cartagena se dedica revisar las obras militares dado que es un punto estratégico vital para la seguridad del Nuevo Reino de Granada. Tres semanas después de su arribo, llega el virrey saliente, el señor Manuel Guirior para entregar el mando a su sucesor. De nuevo bullicio y algazara general.
La descripción que Guirior hace del virreinato no es muy halagüeña. Las arcas reales están medio vacías, las defensas navales son escasas, el contrabando pulula; el movimiento de pobres de un lugar a otro es la constante...Tal vez la explicación esté en que todo el abundante oro sacado de estas tierras se vaya para Europa sin generar ningún ingreso en el continente americano. Pero Flórez mantiene su optimismo.
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