La pavimentación entre Cunday y Villarrica

Que gracias al plan 2.500 se garantizará la pavimentación de las vías que comunican a Cunday con Villarrica y otras vías del sur del Tolima. Eso me suena a cuento chino. Hace más de 25 años (no 2.500) he venido escuchando esta historia para dormir infantes y solo atisbo huecos, derrumbes, contratistas incumplidos, pedacitos que pavimentan y que a los pocos meses están peor sus tramos que ni fueran carreteras destapadas. Sobre el papel suena bien y es más, los mapas de turismo dicen que las vías están pavimentadas. 

Es tanto como decir de la calidad del pavimento que une al Carmen de Apicalá con Cunday, una ordalía de huecos y de peligros de la cual quien puede, huye. Me da risa leer que tienen listo un kilómetro de pavimento, que no constituye ni el 5% del tramo carreteable. ¡Cómo me gustaría que los altos funcionarios del ministerio de vías intentaran llegar por carretera a estos pujantes municipios! ¡Personalmente disfrutaría mucho de los gestos y del maltrato a que se expone un ser humano transitando por estos pavimentos de mentiras que solo ilusionan a los más desprevenidos. A ratos me cuestiono si no sería más real y aterrizado, tener unos carreteables sin pavimentar pero con excelentes obras de drenaje, muros de contención y un trabajo óptimo que detuviera los aludes medianos que obturan la carretera en las temporadas lluviosas. Que sigan inventando planes y que les pongan después el plan 3.000 si quieren pero dejen de querer engatusar a mi campesinado con proyectos que conoció la generación anterior y que morirá con nosotros. Y de esa manera pretenden crear dizque infraestructura y labor social que erradique los problemas de orden publico; esta clase de patrañas le dan razón a la subversión y al manido argumento del abandono gubernamental. Ojala y fuera zona petrolera, en cuestión de meses estarían estos carreteables perfectamente pavimentados y garantizada su seguridad por militares.