TOMÁS CIPRIANO DE MOSQUERA historia, biografia
Tomás Cipriano de Mosquera, (Popayán, actual Colombia, 20 de Septiembre de 1798-id., 1878)[1] Militar y político colombiano, descendiente de una de las más ilustres familias españolas. Hermano de Joaquín y Manuel José Mosquera, al lado de los cuales recibió una esmerada educación.
Ya desde los 15 años formaba parte, como cadete, del Batallón de patriotas de Popayán, pasando algún tiempo después al ejército veterano. Teniente en 1816, asistió a la batalla de la Cuchilla del Tambo, después de lo cual fue hecho prisionero por los españoles; escapóse de sus captores y volvió a las filas ya al mando de Juan Manuel Valdés, aportando no solo su persona sino dineros de su fortuna.[2]
Por su valerosa conducta en la acción del Volador, recibió un ascenso y la condecoración de los Libertadores del Sur, distinguiéndose aún más en la campaña de 1823, en la que, después de tomar parte en numerosas acciones, fue gravísimamente herido, siendo recompensado con el empleo de teniente coronel, y mereciendo que Simón Bolívar le llamase el “bravo defensor de Barbacoas”, ya que en este lugar, con solo 100 hombres, hizo frente a 400. Además, el Libertador le nombró su ayudante de campo y secretario, y le encargó importantes misiones y mandos.
Pundonoroso, valiente, afable y desprendido, era distinguido por todos sus superiores, que le citaban frecuentemente en las órdenes del día, y adorado por sus soldados. Nombrado intendente en Guayaquil en 1826, se encontró allí con la oposición del general Paz del Castillo, quien trató de promover un pronunciamiento contra Mosquera, pero este reunió una Junta, en la que se autorizó a Bolívar para ejercer el gobierno con facultades extraordinarias, y un mes después convocó otra junta, en la que se acordó la dictadura de Bolívar por todo el tiempo que éste juzgase necesario, y se le autorizó a convocar una Convención para que reformase la Constitución de Colombia, dirigiendo luego dicha acta a todos los cabildos de la República. Algún tiempo después supo Mosquera la invasión de los departamentos del Ecuador, Asua y Guayaquil por la división que se había sublevado contra el general J. Lara, declaró aquella región en estado de Asamblea y es aprestó a resistir a los insurrectos [3].
En 1829 recibió del gobierno de Bolívar el nombramiento como intendente y Comandante general de Popayán, e hizo frente a la revolución del Coronel Obando, pero después del combate de La Ladera, hubo de retirarse. Vencidas la rebelión de Obando y la invasión de La Mar, concluyóse en un tratado de paz entre Colombia y el Perú; el general Mosquera fue nombrado ministro plenipotecario en Lima, con instrucciones para hacer la liquidación de la deuda a favor de Colombia. Regresó en 1830 a la patria, que encontró en un estado lamentable, y al disolverse la Gran Colombia para constituirse en la República de Nueva Granada (1831), pasó a los Estados Unidos a reunirse con su hermano, y después hizo un viaje por Europa, regresando a América en 1833. Desde ese año hasta 1844 continuó en la política activa como diputado y como militar, ayudando eficazmente a sostener los Gobiernos de Márquez y Herrán. Contribuyó también a sofocar la revolución de 1840, y en 1845 fue elegido presidente de la República, representando al Partido Conservador, y se mantuvo en el cargo hasta 1849. Durante su administración afrontó reformas muy positivas en la Administración, el sistema monetario y el ejército. También mejoró la red de comunicaciones, impulsó la construcción del ferrocarril interoceánico de Panamá y prohibió la importación de esclavos. Una gestión importante emprendida por Mosquera fue la entrada en el país de capital estadounidense en sustitución del británico[4]. Terminando su mandato, fue diputado en varias ocasiones y representó al país como ministro plenipotecario, en diversas naciones.
De regreso a Colombia, le sorprendió la revolución de 1854 y, para vencerla, volvió a contribuir con su persona y bienes. Senador en 1856, fue designado para ejercer el poder ejecutivo y proclamado candidato nacional a la presidencia de la República.
Fue nombrado en 1859 como gobernador del Cauca, y descontento de la conducta del presidente Ospina, que le había derrotado en las últimas elecciones organizó una revolución contra él, venciéndole en 1861.
Ese año asumió de nuevo la presidencia como caudillo de la revolución liberal. En esta ocasión quiso desarrollar una fórmula federalista, los Estados Unidos de Colombia, pero fue derrocado en 1864.[5]
Dos años más tarde regresó de nuevo a la presidencia, pero sus enfrentamientos con el Congreso le obligaron a exiliarse en 1867, refugiándose en el Perú donde fue rodeado de atenciones.[6]
Ver también,Mascachochas, Historia de Colombia 1864-1878,[1] Existe discrepancias sobre el sitio y fecha de su muerte: algunos estipulan que falleció en Coconuco el 7 de octubre de 1878 y otros que en 1883.
[2] Ver también: Historia de Colombia 1819-1821,[3] Dirigidos por el Coronel Elizalde.
[4] También mejoró la enseñanza contratando a sabios profesores extranjeros, organizó el sistema de contabilidad oficial, corrigió muchos defectos de la Administración Pública, fundó un colegio militar a la altura de los mejores, inició la navegación a vapor en el río Magdalena, mejoró y amplió las comunicaciones, estableció la tolerancia religiosa, abolió el monopolio del tabaco, empezó el ferrocarril de Panamá y la prensa gozó durante aquel periodo de una amplia libertad.
[5] Durante este mandato hubo de rechazar una invasión del general Flórez (1863), por lo que el Congreso le concedió el título de generalísimo y una pensión.
[6] Enciclopedia Universal Ilustrada europeo americana. Espasa Calpe S.A. Madrid 1979.
Por su valerosa conducta en la acción del Volador, recibió un ascenso y la condecoración de los Libertadores del Sur, distinguiéndose aún más en la campaña de 1823, en la que, después de tomar parte en numerosas acciones, fue gravísimamente herido, siendo recompensado con el empleo de teniente coronel, y mereciendo que Simón Bolívar le llamase el “bravo defensor de Barbacoas”, ya que en este lugar, con solo 100 hombres, hizo frente a 400. Además, el Libertador le nombró su ayudante de campo y secretario, y le encargó importantes misiones y mandos.
Pundonoroso, valiente, afable y desprendido, era distinguido por todos sus superiores, que le citaban frecuentemente en las órdenes del día, y adorado por sus soldados. Nombrado intendente en Guayaquil en 1826, se encontró allí con la oposición del general Paz del Castillo, quien trató de promover un pronunciamiento contra Mosquera, pero este reunió una Junta, en la que se autorizó a Bolívar para ejercer el gobierno con facultades extraordinarias, y un mes después convocó otra junta, en la que se acordó la dictadura de Bolívar por todo el tiempo que éste juzgase necesario, y se le autorizó a convocar una Convención para que reformase la Constitución de Colombia, dirigiendo luego dicha acta a todos los cabildos de la República. Algún tiempo después supo Mosquera la invasión de los departamentos del Ecuador, Asua y Guayaquil por la división que se había sublevado contra el general J. Lara, declaró aquella región en estado de Asamblea y es aprestó a resistir a los insurrectos [3].
En 1829 recibió del gobierno de Bolívar el nombramiento como intendente y Comandante general de Popayán, e hizo frente a la revolución del Coronel Obando, pero después del combate de La Ladera, hubo de retirarse. Vencidas la rebelión de Obando y la invasión de La Mar, concluyóse en un tratado de paz entre Colombia y el Perú; el general Mosquera fue nombrado ministro plenipotecario en Lima, con instrucciones para hacer la liquidación de la deuda a favor de Colombia. Regresó en 1830 a la patria, que encontró en un estado lamentable, y al disolverse la Gran Colombia para constituirse en la República de Nueva Granada (1831), pasó a los Estados Unidos a reunirse con su hermano, y después hizo un viaje por Europa, regresando a América en 1833. Desde ese año hasta 1844 continuó en la política activa como diputado y como militar, ayudando eficazmente a sostener los Gobiernos de Márquez y Herrán. Contribuyó también a sofocar la revolución de 1840, y en 1845 fue elegido presidente de la República, representando al Partido Conservador, y se mantuvo en el cargo hasta 1849. Durante su administración afrontó reformas muy positivas en la Administración, el sistema monetario y el ejército. También mejoró la red de comunicaciones, impulsó la construcción del ferrocarril interoceánico de Panamá y prohibió la importación de esclavos. Una gestión importante emprendida por Mosquera fue la entrada en el país de capital estadounidense en sustitución del británico[4]. Terminando su mandato, fue diputado en varias ocasiones y representó al país como ministro plenipotecario, en diversas naciones.
De regreso a Colombia, le sorprendió la revolución de 1854 y, para vencerla, volvió a contribuir con su persona y bienes. Senador en 1856, fue designado para ejercer el poder ejecutivo y proclamado candidato nacional a la presidencia de la República.
Fue nombrado en 1859 como gobernador del Cauca, y descontento de la conducta del presidente Ospina, que le había derrotado en las últimas elecciones organizó una revolución contra él, venciéndole en 1861.
Ese año asumió de nuevo la presidencia como caudillo de la revolución liberal. En esta ocasión quiso desarrollar una fórmula federalista, los Estados Unidos de Colombia, pero fue derrocado en 1864.[5]
Dos años más tarde regresó de nuevo a la presidencia, pero sus enfrentamientos con el Congreso le obligaron a exiliarse en 1867, refugiándose en el Perú donde fue rodeado de atenciones.[6]
[2] Ver también: Historia de Colombia 1819-1821,[3] Dirigidos por el Coronel Elizalde.
[4] También mejoró la enseñanza contratando a sabios profesores extranjeros, organizó el sistema de contabilidad oficial, corrigió muchos defectos de la Administración Pública, fundó un colegio militar a la altura de los mejores, inició la navegación a vapor en el río Magdalena, mejoró y amplió las comunicaciones, estableció la tolerancia religiosa, abolió el monopolio del tabaco, empezó el ferrocarril de Panamá y la prensa gozó durante aquel periodo de una amplia libertad.
[5] Durante este mandato hubo de rechazar una invasión del general Flórez (1863), por lo que el Congreso le concedió el título de generalísimo y una pensión.
[6] Enciclopedia Universal Ilustrada europeo americana. Espasa Calpe S.A. Madrid 1979.
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